Tensión en el comercio aéreo: Estados Unidos responde al traslado forzado de carga en México
La decisión del gobierno mexicano de reubicar las operaciones de carga aérea desde el Aeropuerto Internacional Benito Juárez (MEX) hacia el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) ha generado una respuesta firme por parte del Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT), que considera la medida como anticompetitiva y contraria al Acuerdo de Transporte Aéreo firmado entre ambos países en 2015.
La reubicación, implementada en 2023 con apenas 108 días hábiles de aviso, fue presentada como una estrategia para aliviar la congestión en MEX. Sin embargo, dos años después, las obras de expansión prometidas no han comenzado, lo que ha intensificado las críticas desde Washington. El DOT ha emitido órdenes bajo las secciones 212 y 213, exigiendo a las aerolíneas mexicanas presentar itinerarios detallados y obtener aprobación previa para vuelos chárter hacia Estados Unidos. Además, se ha propuesto retirar la inmunidad antimonopolio al acuerdo Delta–Aeroméxico, lo que limitaría su capacidad de coordinar tarifas y horarios.
El impacto económico de esta política ha sido significativo. En el primer semestre de 2025, el volumen total de carga aérea en México cayó un 5.2 % respecto al mismo periodo del año anterior. AIFA, el aeropuerto designado para asumir las operaciones de carga, registró una disminución del 14.7 %, mientras que MEX, pese a la salida de transportistas estadounidenses, aumentó su volumen en un 5.3 %.
Estos datos reflejan una pérdida de eficiencia y confiabilidad en la cadena logística.
La medida ha afectado tanto a exportadores estadounidenses como a fabricantes mexicanos. Industrias clave como la automotriz y la agrícola han reportado aumentos en los tiempos de tránsito y costos operativos. La ubicación de AIFA, a más de 30 kilómetros del centro de Ciudad de México, representa un desafío logístico frente a la conectividad que ofrecía MEX.
Mientras algunos transportistas estadounidenses celebran las acciones del DOT como una defensa legítima del acceso competitivo al mercado mexicano, otros actores, como Delta Air Lines, advierten que la revocación de la inmunidad antimonopolio podría perjudicar a consumidores, empleos y comunidades en ambos países. Por su parte, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha rechazado las sanciones, defendiendo a AIFA como una solución a largo plazo. En contraste, líderes de aerolíneas como Volaris han expresado su disposición al diálogo.
Este conflicto pone en evidencia la fragilidad de las políticas de aviación en el marco del T-MEC. La conectividad aérea es esencial para la integración de cadenas de suministro entre Estados Unidos, México y Canadá. Si no se alcanza una solución negociada, el precedente podría afectar la credibilidad de las reglas comerciales bilaterales y la estabilidad del comercio transfronterizo en la región.
Fuente: aircargoweek.com – Realizado por SCMTHINK
