Operaciones sostenibles, cada vez más incorporadas a las cadenas de suministro globales

Académico de la Harvard Business School aborda algunas de las últimas novedades sobre las cadenas de suministro ante la mayor relevancia de la sostenibilidad ambiental.

El cuidado de los recursos naturales y la sostenibilidad ambiental están impregnando el enfoque de la gestión de las cadenas de suministro.

Hoy, muchas compañías están ocupándose de determinar el costo oculto de la producción y distribución de sus bienes. ¿Cuántos residuos genera producir su mercancía?, ¿cuántos gases de efecto invernadero produce?, ¿cuánta dependencia tiene de los combustibles fósiles para transportar sus productos?, ¿qué grado de conciencia ecológica tienen sus proveedores? Estas son algunas de las preguntas que varias empresas ya se están haciendo.

El equilibrio entre el costo de los productos y las diversas métricas para supervisar los esfuerzos obliga a las compañías a crear una cadena de suministro sostenible, que proteja a sus consumidores, al medio ambiente y al valor de la marca que ha creado, se afirma en un artículo de Supply Chain 247. Cuando Levi’s se propuso abordar el uso del agua en sus procesos de acabado, pudo desarrollar su iniciativa WaterLess, que eliminó el 96% del consumo de agua en el acabado de los jeans.

Para cambiar las cadenas de suministro, será necesario cambiar la forma de pensar. Willy Shih, profesor de la Harvard Business School, explicó las últimas novedades sobre las cadenas de suministro globales en un mundo post-pandémico.

Hasta hace unos quince años, reducir los costes de la cadena de suministro era la única misión, planteó Shih. Como la cadena de suministro abarca una gran parte del gasto en muchas organizaciones, era un objetivo natural para los controles fiscales enfocados. Sin embargo, esto solía introducir resultados ecológicos perjudiciales, alargaba las vías de transporte y, en general, no se preocupaba por los subproductos de la producción. El viejo adagio de “lo que se mide se gestiona” era la norma. Al intentar equilibrar la complejidad de la definición de los impactos con la dificultad de crear mediciones, hacer un seguimiento de los datos y ser capaces de mostrar de forma fiable el impacto de una cadena de suministro global, los planificadores de la cadena de suministro optaron por lo que conocían. Las cadenas de suministro fragmentadas -con una combinación de control directo y servicios subcontratados-, junto con las huellas globales y las tecnologías de datos emergentes, significaban que la puesta en marcha de estas primeras iniciativas podría haber sido difícil, imprecisa, incompleta, o todo lo anterior.

Antes tenía sentido, pero la naturaleza de la competencia y el acceso a los datos ha evolucionado, haciendo que las cadenas de suministro sean más sostenibles.

Gracias a los esfuerzos en la accesibilidad de los registros públicos, la transparencia en las cadenas de suministro globales de varios sectores y la promoción pública y sin ánimo de lucro, cada vez es más fácil obtener la información necesaria para evaluar la sostenibilidad actual de su cadena de suministro directa e incorporar buenos puntos de referencia para estimar el impacto de su cadena de valor de extremo a extremo. Con este mayor acceso a la información, ¿Qué podemos medir?

EMISIONES, ENVASES Y MÁS

Las cadenas de suministro crean una amplia variedad de productos que ofrecen oportunidades de reducción o eliminación a medida que se persigue una mejor huella de sostenibilidad.

Entre esos productos, están las emisiones, que comprenden una enorme categoría de gases que agotan el efecto invernadero y la capa de ozono que las empresas pueden gestionar y controlar. Aunque el CO2 suele considerarse la abreviatura, en realidad hay una serie de escapes comunes, como los hidrofluorocarbonos, que están regulados y son increíblemente perjudiciales. Los análisis suelen limitarse al impacto directo del transporte, pero un análisis exhaustivo incorporará también los entornos de producción. Por ejemplo, el tostado de café genera una gran cantidad de óxido nitroso como subproducto inevitable del proceso.

El consumo de envases es otra gran preocupación para una cadena de suministro consciente del medio ambiente. ¿Se utilizan materiales vírgenes? ¿Cuánto se utiliza en el producto y cuánto en los contenedores de transporte? Las cadenas de suministro circulares recuperan la mayor parte posible de este material y lo reutilizan directamente -palets y materiales de relleno- o tienen sólidos programas de reciclaje y reutilización cuando no es así. La menor preferencia del público por los plásticos debido a su vida, a menudo de un solo paso, en la cadena de suministro está ejerciendo presión sobre las empresas para que los reduzcan o los eliminen por completo. Se trata de una parte del proceso que se pasa por alto y que está preparada para una reingeniería en aras del bien común.

Los subproductos también han adquirido una gran importancia en los últimos años. Hoy, por ejemplo, las mejoras en la tecnología de recaptura y filtración hacen que el agua ya no sea de un solo paso. Cuando sale de las instalaciones, los buenos administradores del medio ambiente lo han tenido en cuenta y han reducido la contaminación. Por desgracia, no todos los subproductos pueden mitigarse o eliminarse en los procesos actuales. Hay que afrontar la realidad del proceso, aunque no haya una solución inmediata para ello y medir estos materiales.

Estas categorías forman parte del amplio campo de oportunidades para identificar, medir e informar sobre los impactos de las cadenas de suministro. Ser crítico a la hora de identificar no sólo lo que se hace, a quién se sirve y a qué se sirve, sino también las repercusiones que a menudo se pasan por alto, preparará a una organización para responder a las siguientes preguntas en el camino hacia una cadena de suministro más sostenible: ¿qué es importante y por dónde empezamos?

EMPRESAS Y CONSUMIDORES

Priorizar e implementar prácticas de suministro sostenible se está convirtiendo en el centro de los objetivos declarados de muchas empresas para los próximos 10 a 20 años, ya que buscan el camino intermedio para satisfacer las necesidades de los clientes y hacerlo de la manera más ecológica posible. Las compañías no sólo han identificado objetivos, sino que además han anunciado programas específicos para conseguirlos.

Los consumidores son cada vez más conscientes de las prácticas de la cadena de suministro sostenible. Una encuesta reveló que el 47% de los usuarios de Internet habían abandonado productos o servicios que no se ajustaban a sus valores personales. Muchas marcas han respondido de la misma manera, aumentando la transparencia de sus programas, creando nuevas líneas de productos basadas en materiales ecológicos o en la mejora del impacto ambiental, y estableciendo objetivos de cero emisiones o neutrales a corto plazo.

El funcionamiento de una red distribuida por todo el mundo exige el conocimiento y el cumplimiento de una serie de normativas medioambientales. Las tendencias recientes en la UE especifican que, independientemente del lugar en el que se encuentre su sede, tendrá que cumplir con las políticas específicas del lugar del que proceden sus productos o en el que se venden. Las leyes de 2013 sobre la madera y 2018 sobre los minerales conflictivos en el bloque de la UE añadieron un grado de complejidad a la gestión de las cadenas de suministro, ya que exigen un seguimiento cuidadoso y la presentación de informes sobre el país de origen, así como los procesos por los que se produjo la recolección. Esto también se extiende al seguimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). La Unión Europea, Canadá y Estados Unidos han elaborado orientaciones y criterios de medición para el seguimiento y la notificación de las emisiones de los ámbitos 1, 2 y 3.

Sea cual sea la motivación de sus objetivos, lo más probable es que los consumidores de hoy apoyen y recompensen sus esfuerzos de sostenibilidad.

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Para #SCMThink: Claudio Lobos